Project Description
Igual que las otras cochinillas, se trata de un insecto hemíptero, con un gran dimorfismo sexual: los machos son rojizos y alados, mientras que las hembras (Fig. a) son redondeadas, de color marrón-naranja, con las patas y antenas atrofiadas, con una cubierta dura que las protege y permanecen inmóviles en las partes terminales de los brotes (Fig. a y b), lugar del cual ya no se moverán más.
Tiene una generación anual; las hembras inician la puesta a principios de verano, cuando la temperatura es de unos 25ºC y pone unos 2.000 huevos que son de color rojo vivo (carmín – de ahí el nombre) y quedan protegidos por el caparazón de la hembra ya muerta.
En casos de afectaciones importantes, puede provocar el debilitamiento de la planta y la entrada del chancro de las ramas y ramillos de la encina (Diplodia corticola); esta enfermedad también provoca la clorosis y marchitez de las hojas del ramaje afectadas y la posterior defoliación y desecación. Se caracteriza por unas lesiones en los ramajes afectados como zonas alargadas de corteza necrosada y pequeñas grietas de forma lenticular, los cuerpos fructíferos del hongo (Fig. d).
Al tratarse de una plaga no muy frecuente y que no afecta cada año sistemáticamente como puede ser un pulgón, normalmente siempre se realizan tratamientos curativos. El momento óptimo para realizar el tratamiento debe ser cuando emergen las ninfas de primer estadio para poderlas eliminar y evitar los daños y las siguientes generaciones.