Endoterapia Vegetal

Picudo rojo

Picudo rojo2019-02-28T14:53:23+00:00

Project Description

El picudo es un coleóptero de la familia Dryophthoridae (un tipo de curculiónido), originario del sudeste asiático y la Polinesia, y se ha extendido de forma continuada por otras zonas de clima templado. En el año 1995 apareció por primera vez en el estado español en las provincias de Granada y Málaga; posteriormente, en el 2004, fue detectado en la Comunidad Valenciana. Fue en el 2005 cuando se produjo una fuerte expansión de la plaga, ya que se detectó en las tres provincias valencianas y por primera vez en Catalunya, concretamente en el municipio de El Vendrell (Baix Penedès). Actualmente está extendido por toda la península, desde la costa mediterránea francesa hasta el atlántico, incluso en comunidades autónomas interiores como Aragón o Extremadura. También en las islas canarias (en proceso de erradicación) y en las islas baleares (totalmente fuera de control).

El adulto mide de 2 a 5 cm, es de color marrón rojizo y presenta un pico largo muy característico; se distingue el macho (Fig. a) de la hembra (Fig. b) por una pequeña cresta de pelos a modo de flequillo que tiene sobre el pico.

Los huevos son de forma ovalada, de color blanco brillante. Las hembras ponen de 300 a 400 huevos en el tejido tierno de la corona y en las heridas del estípite.

Las larvas (Fig. c) de desarrollan dentro la palmera y pueden superar los 5 cm de longitud al final de desarrollo. Son ápodas, piriformes, de color amarillento y con una cápsula cefálica de color marrón oscuro brillante, dotada de unas fuertes mandíbulas.

La pupa (Fig. d) es también de color amarillento y está protegida por un capullo cilíndrico (Fig. e) de 4-6 cm, el cual construye la larva con fibras que amasa de la propia palmera.

El ciclo completo, de huevo a adulto, tiene una duración de 4-6 meses. La mayoría de los adultos no abandonan la palmera hasta que está totalmente destruida. Pueden tener varias generaciones dentro del mismo ejemplar de palmera, donde viven de forma gregaria todas las fases del insecto, realizando un mínimo de 2 generaciones anuales. Los adultos pueden vivir durante más de 12 meses. Cuando los adultos abandonan la palmera, realizan vuelos para colonizar a otras; pueden volar más de 5 kilómetros en un día; no obstante no realizan vuelos cuando las temperaturas son inferiores a los 16ªC aproximadamente. Inicialmente tenía preferencia para la palmera canaria (Phoenix canariensis), y especialmente para los ejemplares macho. Actualmente, a pesar que aún tiene más afinidad para las palmeras canarias, se lo puede encontrar tanto en palmeras datileras (Phoenix dactylifera) como en washingtonias (especialmente en Washingtonia filifera ). No obstante también se han encontrado casos de afectaciones sobre Butia (Butia capitata), palmito (Chamareops hulilis) y palmito del Himalaya (Trachycarpus fortunei).

Es muy difícil detectar la presencia de la plaga en sus ataques iniciales. Los síntomas más precoces y evidentes que pueden observarse en las palmeras afectadas es en la hojas más jóvenes y centrales; todo empieza con pequeñas mordeduras y pequeños recortes de foliolos, pero avanza hasta una asimetría de la copa, decaimiento de las hojas y debilitamiento del ojo (Fig. f, Fig. g y Fig. h). Las hojas afectadas se pueden arrancar fácilmente y en su punto de inserción se pueden observar las galerías excavadas (Fig. i) y la presencia de capullos. Posteriormente queda afectada toda la corona foliar de la palmera y se produce el colapso de todas las hojas, hasta llegar la muerte de la planta (Fig. j).

Tanto en palmera datilera como en Washingtonia son muy frecuentes las afectaciones a nivel de estípite, en el que se pueden observar exudaciones en los orificios de puesta. Estos ataques suponen un gran peligro ya que comprometen enormemente la estabilidad de la palmera y pueden ocasionar su rotura y caída.

Se trata de una plaga que requiere de un protocolo de tratamiento muy estricto debido a su gran voracidad y agresividad, y al hecho de no tener un ciclo biológico bien definido y marcado en el tiempo. No obstante, muchas veces, coincide la detección de los primeros síntomas de afectación a finales de verano y principios de otoño, consecuencia de las nuevas infestaciones producidas a finales del invierno y primavera anteriores.

TRATAMIENTO PREVENTIVO:

Se recomiendan realizar al año 2 tratamientos preventivos mediante ENDOterapia Vegetal®; el primero en primavera y el otro en otoño, para tener una buena cobertura durante todo el año.

TRATAMIENTO CURATIVO:

No obstante, también se puede actuar curativamente; cuanto más precoz sea la detección de la infestación, más probabilidades de supervivencia habrán para la palmera. En estos casos se realizan podas sanitarias o cirugías (Fig. k). Éstas consisten en retirar las hojas que se desprenden fácilmente o tienen riesgo de caerse y todo el tejido vegetal en descomposición, hasta encontrar el meristemo apical y poder determinar la viabilidad de la palmera según sea su estado.

La recuperación de la palmera estará condicionada por el nivel de afectación del meristemo apical y por las condiciones meteorológicas posteriores; después de la cirugía, se deja expuesto el meristemo a la intemperie, por lo que el frio o el calor extremos lo pueden dañar y, por lo tanto, matar la palmera.

Especificaciones técnicas

Nombre común:
Picudo rojo
Nombre científico:
Rhynchophorus ferrugineus
Plantas huéspedes:
Principalmente Phoenix canariensis, aunque esporádicamente también se ha encontrado en ejemplares de Phoenix dactylifera y Washingtonia sp.

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