La Galeruca es un coleóptero monófago que se alimenta del parénquima de las hojas de olmo, tanto en estado de larva (
Fig. a), cómo de adulto (
Fig. b)
. El adulto es de color amarillo verdoso, con unas rallas negras longitudinales en los élitros, unas manchas negras en la cabeza y mide unos 5-7 mm. Las larvas son de color negro en los primeros estadios, volviéndose más amarillas verdosas con zonas verdes; miden unos 10 mm. Los huevos (
Fig. c) miden 1 mm, de color naranja amarillento, dispuestos en el envés de la hoja, agrupados en dos filas.
En primavera, con la brotación, emergen los adultos que han pasado el invierno entre las cortezas, en la hojarasca, etc. y empiezan a alimentarse. En poco tiempo se reproducen y las hembras realizan las puestas, de las que saldrán las nuevas generaciones de larvas; tienen una gran voracidad y completan el ciclo en pocas semanas, para bajar al suelo y realizar la pupa entre la hojarasca o enterradas a poca profundidad.

Fig. a – Larvas de Galeruca.

Fig. b – Adulto.

Fig. c – Puestas.
Se distingue el daño ocasionado por unos u otros, ya que los adultos agujerean las hojas mientras que las larvas devoran con gran rapidez el parénquima verde, respetando la epidermis del haz; es decir, no agujerean la hoja pero la dejan de un color marrón semitransparente (
Fig. d).
A causa de esto, a mediados de verano, los olmos pueden quedar altamente defoliados o mermados de follaje, disminuyendo así el vigor a causa de la reducción de su capacidad fotosintética.
Si las defoliaciones se repiten año tras año, el árbol queda muy debilitado y susceptible a los ataques de otros patógenos, como los perforadores Scolytus. Estos escolítidos son transmisores de un hongo (Ceratocystis novo-ulmi), muy mortífero para los olmos; esta enfermedad es conocida como la grafiosis del olmo (Fig. e).
Otro gran inconveniente es que ante ataques de plaga importantes, las larvas del último estadio pueden desplazarse en grandes grupos hacia jardines, edificios, tiendas de campaña, vehículos, con el fin de realizar las últimas mudas, ocasionando molestias a los usuarios y ciudadanos, y creando alarma social; los adultos, antes y después de la hibernación, también pueden realizar concentraciones masivas.

Fig. d – Daños causados por galeruca en un ejemplar de olmo no tratado (testimonio).

Fig. e – Olmos afectados por grafiosis (Ceratocystis).
Realizar un tratamiento de endoterapia vegetal de forma preventiva (
Fig. f) para evitar la aparición de los problemas; el tratamiento se realizará al aparecer los primeros adultos que salen de la diapausa hibernal. También se puede realizar el tratamiento de forma curativa (
Fig. g); no obstante, la desaparición de los daños causados será más lenta.

Fig. f – Ejemplar de olmo tratado por ENDOterapia Vegetal®.

Fig. g – Rama de olmo en la que se puede ver el antes (hojas agujereadas) y el después (hojas enteras, verdes y vigorosas) del tratamiento.